Kinesiofobia

KINESIOFOBIA

El dolor es una experiencia sensorial desagradable, producida por un estímulo dañino, pero que puede variar en función de nuestra percepción. La catastrofización del dolor se define como una conducta mental que exagera de manera negativa la experiencia dolorosa real, incluso antes de sufrir ese dolor.

La kinesiofobia es el miedo irracional al movimiento físico y a la actividad, siendo un factor debilitante para el cuerpo humano. Cuando una sensación dolorosa se interpreta como una amenaza, se genera un rechazo a producir esa sensación, y si hay una negación completa en volver a sentirla, es cuando se opta inconscientemente por suprimir ese movimiento que “genera dolor”. No realizar el movimiento retrasará todo tipo de mejoras, pero cuando se prolonga en el tiempo la evitación se entra en un bucle que puede llegar incluso hasta la discapacidad.

Por ejemplo, una persona con lumbalgia y con kinesiofobia o con sensación de ansiedad al sentir dolor, realizará movimientos que no impliquen la zona lumbar, por lo que será más difícil tratar esa lumbalgia, y además, realizará movimientos de tronco compensatorios o anormales, que alterarán el control motor y la coordinación de las distintas cadenas musculares. Esto lleva a la hipomovilidad (reducción del rango de movimiento por desuso) y atrofia de tejidos blandos.

Esto ocurre generalmente tras alguna lesión musculoesquelética, y es más común en la etapa postoperatoria. El paciente, tras ser intervenido quirúrgicamente, puede sentir un temor constante al momento de realizar algún movimiento, pues se espera que la manifestación del dolor será mayor. Este sentimiento es normal, pero debe ser identificado y razonado.

También es frecuente que pase con la tercera edad, sobre todo si hay un previo estado de fragilidad. La kinesiofobia puede llevar a grandes limitaciones funcionales, por ejemplo, si una persona se cae y tiene miedo de volver a andar por si se vuelve a caer, va a favorecer la dependencia, la aparición de enfermedades e incluso sintomatología depresiva.

Un profesional de la salud debe reconocer el perfil y los parámetros del dolor para encontrar el tratamiento óptimo, ya que en algunas ocasiones se busca el daño físico sin tener en cuenta los factores psicosociales. Se puede valorar de forma autónoma el nivel de miedo al movimiento con la escala Tampa o TSK, mediante un cuestionario de 17 ítems.

Algunos consejos para disminuir los niveles de kinesiofobia, ansiedad o catasfrofismo son:

  • Informarse de la lesión, el profesional pondrá unas pautas y un método de abordaje para que el paciente tenga mayor seguridad en el tratamiento.
  • Realizar los movimientos frente a un espejo.
  • Visualizar el movimiento y realizar meditación para controlar la ansiedad.
  • Uso de la música u otros elementos que ayuden a no focalizarse exclusivamente en el lugar de la lesión.
  • Evitar conversar o buscar en Internet los síntomas de la lesión o patología.
  • Introducir el ejercicio en un ambiente de juego.

BIBLIOGRAFÍA

Abramovsky, L.A., Romero, Á. (2021). La kinesiofobia como factor determinante en la recuperación de lesiones músculo esqueléticas y la importancia de la neurociencia en su abordaje (Bachelor’s thesis).

Díaz-Ramírez, M.E. (2022). Nivel de Kinesiofobia en pacientes con lumbalgia inespecífica del centro de medicina física y rehabilitación Semarca, Lima 2021.

Rives, A. (2021). Eficiencia del desvio de la atención en la obtención de la marcha de pacientes con kinesiofobia postoperatoria en artroplastia de rodilla.

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