A lo largo de miles de años el ser humano a tenido un cuerpo fuerte, ágil, resistente, capaz de afrontar los retos diarios y extraordinarios con los que se encontraba, pero según hemos ido evolucionando hemos pasado a un estilo de vida cada vez mas sedentario, con trabajos en los que la exigencia física es muy reducida o repetitiva, desnaturalizados y confundiendo en algunos casos modernidad y progreso con comodidad. Si a todo esto sumamos el desgaste del estrés, al que muchas veces nos lleva nuestro día a día tan ocupado, el resultado es, evidentemente, negativo.
Nuestro cuerpo funciona como un todo global y esto implica que un deterioro físico conlleva también otras consecuencias negativas para nosotros, como una mayor predisposición a la depresión, el aislamiento social, el estrés, la ansiedad, problemas de insomnio,…una serie de pagos que hacemos a un alto precio, por el hecho de no cuidarnos.
La buena noticia es que todo esto es reversible, nunca es tarde para empezar a cambiar tus hábitos. No tiene sentido aumentar la esperanza de vida si no mejoramos la calidad de vida. Con un buen asesoramiento profesional y con tu motivación, conseguirás alcanzar tus objetivos y ademas:
- Mejorar todas las capacidades condicionales (resistencia, fuerza, flexibilidad y velocidad) y coordinativas
- Mejorar la consciencia corporal
- Aliviar dolores musculo-esqueléticos
- Adquirir buenos hábitos postulares
- Mejorar tu alimentación
- Mejorar la motivación y tu estado de ánimo
- Descansar mejor
- Mayor equilibrio emocional
- Mayor autoestima y sensación de bienestar